Pero el problema es que cuando se enciende y apaga la alimentación, habrá una gran corriente de pulso que dañará el dispositivo electrónico, al igual que la conmutación frecuente dañará el tubo fluorescente. Con el tiempo, reducirá la vida útil de los electrodomésticos, y la pérdida puede ser más de unos pocos minutos de facturas de electricidad.